O dos manos zurdas o un banco de tres patas, tú eliges. Esta canción habla sobre mis experiencias y emociones más profundas, una ventana a mi lucha constante y a la sensación de no encajar en el mundo. A lo largo de mi vida, me he enfrentado a innumerables obstáculos. Aunque he disfrutado como una enana, siempre he tenido esa sensación lejana y oscura de que debía obligarme a disfrutar los “modos” convencionales, lo que me ha agotado tanto emocional como físicamente. Sin embargo, a pesar de estos desafíos, no me rindo. Busco justicia y equilibrio, ya sea en este mundo o en uno más allá.
A menudo me siento torpe y fuera de lugar, como si siempre estuviera tropezando y no pudiera avanzar con la misma facilidad que los demás. Hay una tristeza constante, una melancolía que colorea todo lo que veo y siento. A pesar de esta sensación de estar en desventaja, he llegado hasta aquí gracias a una especie de suerte que, aunque caprichosa, me ha permitido seguir adelante. He aprendido a aceptar que la vida está llena de errores y aciertos. No solo ayuda la perseverancia; cuando estoy agotada, entro en mi “Modo Inercia”. Incluso cuando las cosas parecen ir mal, eso es algo que me define.
Lo más significativo para mí es encontrar consuelo y compañía entre personas que comparten mis luchas y rarezas. Estos músicos, con sus propias batallas, me brindan una sensación de pertenencia y me ayudan a renovar mi esperanza y energía. Saber que no estoy sola en mis desafíos me da fuerzas para seguir adelante. Que «hablen mi mismo idioma», ese que incluso tu entorno más allegado no es capaz de comprender. Aunque todo esto parezca sacado de una secta, si eres músico, me entenderás.
El mensaje final de mi canción es una afirmación de mi poder de elección. A pesar de los obstáculos y los caprichos del destino, tengo la capacidad de decidir mi propio camino. Este reconocimiento es un momento de empoderamiento que nada tiene que ver con mi sexo, es algo más profundo. Es un achuchón virtual y un “pese a todo y a todos y a ti, todo va a ir bien”, una declaración de que, aunque el camino esté lleno de tropiezos y desafíos, tengo el control sobre mi destino.
En resumen, mi canción es una expresión honesta de mi lucha con esa paz que te da la sensación de pertenencia, de encajar sin perder la esencia y mi búsqueda de esos otros locos. Es un testimonio de mi resiliencia y de la fuerza que encuentro en la comunidad. Saber que no estoy sola en mis batallas es algo que me da muchísima fuerza y empuje, para que esa “batería de la Inercia” siempre esté llena. Es, en última instancia, un himno a la perseverancia y al poder de la elección en un mundo lleno de incertidumbres. Eso sí, con mucho humor y algo de ironía.
With Love, Dada.